viernes, 31 de marzo de 2017

Lesión del ligamento cruzado anterior

El ligamento cruzado anterior se encuentra en la rodilla, siendo el más importante estabilizador pasivo de la misma, por lo que la probabilidad de lesionarlo es elevada.
La lesión de este ligamento se produce cuando giramos y desplazamos la tibia manteniendo el pié posicionado en el suelo, superando el límite de elasticidad. Este tipo de lesión es muy común en deportes de contacto, siendo la mujer por su estructura corporal la que mayor porcentaje de incidencia tiene respecto al hombre.
Cuando la rotura del ligamento es completa el único tratamiento posible pasa por la cirugía. En este caso, el tejido de reemplazo puede ser del mismo paciente afectado (autoinjerto) o de un donante (aloinjerto).
Normalmente el procedimiento quirúrgico se realiza mediante una artroscopia de rodilla, por el cual, mediante una pequeña incisión, se inserta una minúscula cámara dentro de la rodilla. De esta forma, toda la intervención es monitorizada y guiada desde el exterior, siendo un procedimiento mínimamente invasivo.
Esta intervención se realiza en distintos casos, entre otros: rodilla inestable, rodilla que produce dolor, incapacidad para realizar una actividad física deportiva (deportistas amateurs, semi-profesionales y profesionales), ligamentos dañados junto al propio ligamento cruzado anterior y rotura de menisco.
Tras la intervención y posterior recuperación es vital la fisioterapia adaptada para la recuperación de este tipo de lesión, así como el desarrollo de estrategias de prevención por parte de los profesionales de fisioterapia que garanticen una vuelta a la vida normal y al deporte garantizando el estado óptimo de la rodilla.